Una serie de atentados en Damasco, la capital de Siria, han dejado en las últimas horas un saldo de al menos 70 muertos y 200 heridos, en lo que se configura como el más sangriento ataque en el territorio de la ciudad principal del país, desde que la guerra entre el Gobierno y los rebeldes comenzara allá por marzo de 2011.
Según los recuentos e informaciones oficiales, en este caso el atentado tuvo que ver directamente con la explosión de hasta tres coches bomba, los cuales estallaron de forma casi que simultánea, en una zona que es famosa por la gran cantidad de edificios del Estado que allí funcionan, especialmente relacionados con la Seguridad Nacional.
Hay que destacar, en este sentido, que si bien hasta el momento ningún grupo se adjudicó la autoría del ataque, todo indica que los mismos fueron ejecutados por las fuerzas más extremas de la oposición siria, en una nueva muestra de que su poder sigue vigente, y de que la guerra parece más lejos que nunca de finalizar.
Según los testigos, todo comenzó a las 10:59 A.M. del pasado jueves, cuando estalló un automóvil en la calle Al Thawra, a metros de una de las escuelas más concurridas de la ciudad. Al mismo tiempo, otros dos autos explotaron en puestos de control del Ejército en el cercano barrio de Birsa, considerando que la mayoría de fallecidos pertenecen al primer atentado.