Más allá del pedido casi desesperado del Papa Francisco, todo hace indicar que falta aún mucho tiempo como para que demos por solucionada la situación de violencia constante en el territorio de Siria. La última muestra al respecto la hemos tenido de hecho en las últimas horas, cuando se ha anunciado que un grupo de representantes de la ONU fueron secuestrados en el país, aunque por suerte ya han sido liberados.
En efecto, se trata de un grupo de seis inspectores y cinco conductores sirios, todos los cuales formaban parte de un reciente proyecto de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas que funciona en Siria por parte de la ONU. En tal sentido, se ha informado que los vehículos fueron detenidos justo cuando se dirigían hacia el poblado de Taibet al-Imam, no muy lejos de la provincia de Hama.
Aunque hasta ahora ningún grupo en particular se ha adjudicado el ataque, no quedan muchas dudas acerca de que han sido los rebeles los encargados de esta maniobra que hizo temer por la vida de las personas implicadas en el evento. Sobre ello, Michael Luhan, portavoz de OPAQ, indicó a los medios de prensa internacionales que “los seis miembros del equipo se encuentran sanos y salvos regresando a la base de operaciones”.
“La situación es confusa por lo que no podemos confirmar o denegar un intento de secuestro durante el ataque que ha sufrido el convoy. Los inspectores se encuentran actualmente libres y tendremos más informaciones una vez que regresen a la base”, culminaba el comunicado oficial emitido al respecto de este tipo de problemas que, esperemos, no se repitan en el futuro en Siria.