Siria realiza una elección parlamentaria el lunes que las autoridades promueven como un hito de las reformas políticas después de un levantamiento popular de 14 meses contra el presidente Bashar al-Assad.
La violencia sacudió al este del país antes de la votación, subrayando el desafío de realizar una elección creíble mientras continúa la matanza y complicando la tarea de los observadores de Naciones Unidas de supervisar un cese del fuego declarado el 12 de abril.
Activistas de la oposición reportaron enfrentamientos entre el Ejército y rebeldes en la provincia oriental de Deir al-Zor y ataques de las fuerzas de Assad que dejaron el domingo cinco personas muertas en otras partes del país, incluido un joven que recibió un disparo en redadas casa a casa en la capital Damasco.
A diferencia de los líderes autocráticos de Túnez, Egipto, Libia y Yemen, quienes fueron derrocados por la Primavera Arabe, Assad ha mantenido suficiente respaldo dentro del Ejército y su secta alauita, que domina a las fuerzas armadas y al aparato de seguridad, para soportar la revuelta.
Desde que reemplazó a su padre el fallecido presidente Hafez al-Assad en el 2000, Bashar ha dependido de un Parlamento flexible para respaldar la voluntad de la familia gobernante en el país mayoritariamente sunita.
La asamblea actualmente no tiene miembros de la oposición y medios oficiales dijeron que la mitad de los escaños estarían reservados para «representantes de trabajadores y campesinos», cuyos sindicatos son controlados por el Partido Baath de Assad.
Vía: Reuters
Imagen: Correo del Orinoco