El pueblo sirio celebró el 17 de abril, el día de la independencia en medio de una fuerte crisis interna, agravada por el accionar de grupos armados irregulares, mientras en el país se encuentra una misión de observadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y continúa el cese al fuego acordado.
En la actualidad, debido a las sanciones aplicadas por Estados Unidos y sus aliados europeos, Siria tiene varios sectores de su economía muy golpeados, como es el caso del turismo, las industrias y las exportaciones.
A esto se suman los atentados y sabotajes efectuados por los grupos opositores armados contra oleoductos y compañías de electricidad.
Lavrov denunció que los gobiernos que buscan la desestabilización en Siria lo hacen «a través del suministro de armas a la oposición e instigar a la oposición que lleva a cabo a diario ataques contra los sitios gubernamentales, la policía y lugares civiles».
«Esto no ayuda a garantizar la reconciliación» en la nación árabe, afirmó el canciller ruso.
El gobierno de Damasco ha manifestado en varias oportunidades que los grupos armados que operan dentro de sus fronteras son financiados por las monarquías del Golfo Pérsico y Turquía.
Estos países, además de Estados Unidos y Gran Bretaña, han declarado públicamente su apoyo y el envío de dinero a las agrupaciones calificadas por el Ejecutivo sirio como terroristas.
Debido a las acciones violentas de estos grupos, «las fuerzas del gobierno sirio toman medidas para contrarrestar las provocaciones y, como resultado, las cosas no sobrevienen de manera tranquila», expresó Lavrov.
Vía: Prensa Latina
Imagen: La Voz del Sandinismo