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Los acontecimientos de violencia en Siria no encuentran un punto final. Pues este maravilloso país, el cual se había convertido en uno de los principales puntos de interés en el mundo, ha devastado gran parte de sus atracciones en frecuentes enfrentamientos.

«Ni un solo edificio parece haber escapado al feroz asalto del ejército sirio. Las estructuras que siguen en pie están salpicadas de metralla, ennegrecidas por el fuego. Los bombardeos indiscriminados han arrancado pisos enteros de grandes bloques de viviendas»

Después de varios meses de brutal conflicto en Homs, deambulamos por una ciudad fantasma con enormes barrios desiertos y construcciones y monumentos maravillosos destruidos.

En algunas calles caminas sobre una alfombra de cristal. Todas las ventanas de los edificios están hechas añicos. Tanto en la noche como en el día suenan tiroteos con bombardeos ocasionales. Aquí no hay un alto al fuego y no lo habrá durante algún tiempo.

Homs, una vibrante ciudad siria, considerada por muchos como un lugar de coexistencia pacífica, se ha llevado la peor parte de los 14 meses del levantamiento contra el gobierno de Bashar al Asad.

El barrio de Baba Amr ha sido el principal objetivo de las fuerzas del gobierno en una ciudad donde circulan los opositores y que ahora la llaman la Capital de la Oposición. «A ningún gobierno le gusta bombardear a su propio pueblo», comenta el gobernador de Homs, Ghassan Abdulal. «No teníamos otra opción. Los grupos armados disparaban desde zonas civiles», agrega.

Vía: BBC
Imagen: 20 minutos

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