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Alemania, Reino Unido y EE.UU., entre otros, sacaron a los embajadores sirios de su territorio. Asimismo, el gobierno de Japón pidió al embajador de Siria que abandone el país cuanto antes. La ONU confirmó que la matanza de Hula fue responsabilidad de fuerzas oficialistas.

Con la masacre de Hula, el gobierno sirio de Bashar al Asad perdió los arrestos de confianza que en él había depositado la comunidad internacional. El supuesto cese al fuego que había entrado en vigor desde el 12 abril, hasta ahora está lejos de cumplir con las expectativas.

Por aquel entonces, la ONU y la Liga Árabe, descartando la opción de una intervención militar extranjera para saldar la guerra, optaron, con el exsecretario general de Naciones Unidas Kofi Annan como mediador entre las partes, por dar marcha al plan: observadores en Siria se encargarían de corroborar la tregua armada entre las partes como un primer paso para abrir la posibilidad de tener negociaciones de paz. En su momento fue una suerte de voto de confianza que las potencias europeas y norteamericanas concedieron a Al Asad, después de duras críticas a sus métodos de represión contra una oposición potenciada y volcada en las calles.

No obstante, la lista de 108 muertos que dejó la ofensiva de las fuerzas oficialistas en Hula, alrededor de la mitad de ellos niños, fue un hecho que originó la visita urgente de Annan a Damasco y el rechazo unánime del Consejo de Seguridad de la ONU. Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos, aseguró en rueda de prensa que hay evidencia de que la gran mayoría de las víctimas de la masacre fueron ejecutadas por un escuadrón progubernamental. “En este momento parece que dispararon a familias enteras en sus casas”, aseguró el portavoz.

Vía: El Espectador
Imagen: Noticias 365

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