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La capital siria muestra hoy una imagen de recuperación, no exenta de tensión, donde la ausencia de apagones es uno de los indicativos que más agradece la población.

Aunque estamos en el Ramadán, el mes de ayuno musulmán, la población sale de sus casas, algunos establecimientos comerciales están llenos de ávidos clientes que se apresuran a comprar cosas nuevas que mostrarán cuando termine esta etapa de purificación y limpieza del alma, según dicen algunos. Llama la atención al extraño que los centros de ventas de alimentos elaborados, en la mayoría de los casos, están cerrados o preparándose para abrir sus puertas más tarde, sobre las 15:00 horas local, cuando muchas personas acuden a comprar para saciar la sed y el hambre del ayuno diario que termina a la caída del sol.

Comercios de ropas, zapatos, ferreterías, frutas y otros, mantienen su actividad pero sobre las 19:00 hora la paz llega y muchos van a saciar el apetido aguzado por las horas de abstinencia.

En estos días de intenso verano, donde el sol parece ensañarse con quienes se atreven a caminar largos trechos, destaca que en la mayoría de las zonas, como el barrio de Mazzeh, en el oeste, no hay cortes eléctricos, y muchos refrescan la canícula con ventiladores y equipos de aire acondicionado.

Vía: Prensa Latina
Imagen: Compartiendo las Señales

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