En los últimos días hemos ido trayendo todas las novedades relacionadas a las declaraciones de la ONU acerca de la situación actual de penuria que se vive en Siria, y en este marco, algunas de las últimas se encuentran directamente relacionadas con las dificultades que se plantean en el país a la hora de pensar en la recuperación.
Tal vez por este motivo, es que cuando el conflicto de 22 meses se agudiza, la ONU ha hecho hincapié en las plantaciones agrícolas del país, que se consideran imprescindibles para poder salir adelante luego de que el conflicto armado entre el Gobierno y los rebeldes termine, pero que parece carente de respuestas en estos tiempos.
A estas alturas, lo que supo ser un movimiento de protesta pacífico contra el presidente Bashar al-Assad, lleva ya más de 60.000 vidas cobradas, además de dos millones y medios de sirios viviendo en la pobreza total, y otros tantos que han debido abandonar el país para trasladarse a algunos limítrofes.
En este sentido, se ha sumado al apoyo -de palabra, eso sí- la organización Human Rights Watch, que denunció “la quema y el saqueo de sitios religiosos pertenecientes a minorías vistos en los últimos meses”, en el marco de las muchas luchas sectarias que se dan en el país, y que se han cobrado también muchas de las mejores tierras para cultivos del país.