Antes de visitar un país, es meramente importante dar cuenta de cuáles son sus principales costumbres, de modo que al llegar allí, y compartir con los habitantes, puedan compartir la cultura y ser bien recibidos, puesto que para ellos, resulta más que importante y valorable que los viajeros y turistas se interioricen en indagar en sus más profundas costumbres y tradiciones.
En este sentido, en Siria, ll contrario de lo que hacemos nosotros, no dan la mano y, menos que menos, besan a mujeres que no conocen. Esto, aún hecho por un extranjero está muy mal visto. Las muestras de afecto entre una pareja, simplemente, no existen en público y las mujeres no deben usar ropa insinuante, sino más bien, estar cubiertas.
El regateo, tan típico de los países árabes para lograr rebajas importantes, debe hacerse educadamente y con buen humor. La cocina, uno de los orgullos, es considerada la más sabrosa del oriente medio y, a su vez, la más compleja en su elaboración. Damasco es, además, un refugio de extranjeros. Allí vive el 7% de todos los kurdos del mundo, 300 mil palestinos y 1.500.000 de iraquíes que huyeron de la guerra con Estados Unidos.
Esta ciudad, la más antigua del mundo, que estuvo habitada continuamente durante más de seis mil años, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979, pero nada más que en su casco histórico, el cual está amurallado y al que se puede ingresar a través de ocho grandes puertas. Hay numerosos vestigios romanos, pero de los 125 edificios declarados patrimonio, la gran mayoría pertenece al arte islámico.
Vía: El Tribuno
Imagen: Aim Digital