Siria ha sido durante muchos años uno de los lugares turísticos más exóticos y elegidos por los turistas de todo el mundo. Sin embargo, hoy, luego de tres años ininterrumpidos de lucha armada, el futuro de éste país como destino turístico es muy oscuro.
La periodista Lizzie Porter describió las sensaciones que vivió en su visita a Damasco tres años atrás. Llegó a la mezquita de Umayyad -siempre abierta esperando la llegada de los fieles para sus oraciones-, entró y permaneció unos minutos en ella. No lejos de allí, pasó por el Museo Nacional de Siria y por el río Barada, lugares imperdibles para cualquier turista curioso por deleitarse con las bellezas de la ciudad.
Mas allá, los bazares siempre presentes a lo largo de la ciudad, vendiendo todo tipo de mercaderías; platos de metal, carteras pintadas a mano, baratijas que tratarán de venderse al precio más alto posible, que el turista lucirá orgulloso en alguna pared de su living. Durante aquella visita, efectuada pocos años atrás, no podía presagiarse lo que sobrevendría.
Cuando Lizzie llegó a Siria, acababa de producirse el derrocamiento del Presidente Ben Ali de Túnez y comenzaba la Guerra Civil en Libia. Esta última concluyó con la muerte del dictador Gaddafi en Octubre de 2011. Los ojos del mundo estaban en el Norte de Africa en aquel momento. Viajar a Siria no representaba peligro alguno. Nadie podía suponer lo que vendría poco tiempo después.
Paradójicamente, hoy en día, la página web del Hotel Four Seasons en Damasco no da señales de la difícil situación que atraviesa Siria. Se calcula que demandará por lo menos cinco años restablecer el normal funcionamiento de la industria turística en el país.
Vía: Telegraph
Imagen: ABC Viajes